benjaminzDefiní un norte, conecté con la motivación, ordené mí día a día, integré disciplina en la nutrición y el ejercico físico, comprometiendome conmigo mismo, conectando y sintiendo mí cuerpo, y lo hice, lo logré. Algo que no creía posible hace apenas 6 meses atrás. Corrí mí primera carrera de trail running, de 23km.
Casi casi se suspendió el evento, dado que las condiciones climáticas de la noche previa amenazaban complicar la posibilidad de que se lleve a cabo. Hubo preocupación, hubo padecimiento de frío, hubo duda, ansiedad, e incluso desánimo y un poquito de miedo. Así como pasa en la vida cotidiana, en la vida misma. Finalmente se hizo, se pudo transitar todos los obstáculos, se sudó, se disfrutó, se desafíó, y se superó todo lo que pasó fuera y dentro de «la cancha». Lo que más rescato de la experiencia es lo que se generó en los momentos que la naturaliza más nos desafiaba a los 2000 corredores que participamos. Por la abundante lluvia los ríos crecidos prácticamente quedaron imposibles de cruzar. Individualmente. El ambiente que se generó de solidaridad & ayuda, de aliento mutuo, de alegría por la actividad preciosa, el trail running (correr en la naturaleza, atravesando sus desafíos y disfrutando de su belleza), hizo que entre todos superemos las dificultades. Un mínimo de 20 veces tuvimos que meternos a los ríos, muchas veces con el agua hasta la cintura, armando puentes humanos. Ese compañerismo hizo que esta experiencia fuera única, potenciando la explosión de plenitud que percibí en mi corazón 
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Agradezco a mí guía y entrenador Matías Piovano para llegar a la meta, y mí amigo y compañero de aventuras Matias Arias por hacer esto posible y tan disfrutable. Aprendí y sigo aprendiendo mucho de ambos.
Ahora toca descanso, contemplación, disfrute de lo logrado e incorporado. Para luego poder profundizar en este como de pura posibilidad, expansión, y alegría.
Gracias 
