Mi propósito nace de una necesidad propia de sobrepasar varios desafíos importantes que la vida me propuso. A los 26 años de edad había logrado ascender a un puesto de trabajo de liderazgo en el banco neerlandés, para lo cual no resultaba estar preparado. A los 6 meses de llevar adelante mis nuevas tareas y responsabilidades, un ¨hacer sin parar¨, y de no cuidarme, terminé atravesando un burnout (síndrome de quemado en castellano). Esta experiencia me provocó una de mis mayores crisis personales. Tocar fondo me incentivó a salir a buscar herramientas prácticas para encontrar nuevas formas de pararme en el mundo. Recién ahí, en ese periodo, me dí cuenta que había estado viviendo muchas de las cosas que vivía desde el deber ser, desde los mandatos familiares. Fue entonces que tomé una decisión importante para mi vida, una decisión que me permitió un recalculando de todo lo que implicaba mi realidad de ese momento. Empecé a revisar y tomar decisiones, soltando ese deber ser, para dar lugar a y construir a partir de mis ganas.